A unos 60 km de Marrakech se encuentra el Valle de Ourika, el lugar perfecto para escapar del bullicio y el calor de la ciudad roja y sentir el placentero sabor de la naturaleza. El frescor de la vegetación, las vistas desde la montaña y el rugido de sus siete cascadas, convierten a Ourika en uno de los principales atractivos turísticos de esta zona del país.
La visita comienza en la aldea de Setti Fatma, que, aunque inundada de turistas, posee un encanto único. Los locales se entremezclan con los visitantes, tomando el te en la misma orilla del río Ourika, durante el verano plagada de restaurantes y locales. La sorpresa del turista es encontrarse algunas de las mesas dentro del mismo río. Que mejor manera de refrescarse que entrando en contacto con el agua helada que llega desde las cumbres.
CON ESTE ÚLTIMO REPORTAJE CIERRO MI ESTANCIA EN TIERRAS MARROQUINAS, ESPERO HAYAN SIDO DE VUESTRO INTERES.
OCTUBRE 2017.
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